Bien
dice el refrán: “La ociosidad es la madre de todos los vicios”. Quizás nunca
había puesto tanta atención a ello hasta ahora que estoy en mis días de
vacaciones.
No sé
si te pase como a mí, tengo una larga lista de cosas por hacer. Libros por
leer, datos relevantes de la historia de México o del mundo que me gustaría
aprender, artículos del hogar que quisiera crear, incluso idiomas nuevos que
pudiera comenzar a practicar. Pero en lugar de ello, me descubro perdiendo una
gran parte de mi preciado tiempo con el celular en la mano. Viendo mis redes
sociales, lo que hacen las demás personas, repasando las fotos o publicaciones
que he subido. Comparándome quizás con otras personas o incluso con quien fui
yo misma años atrás.
En
pocas palabras, noto que las redes sociales han venido a ocupar la gran mayoría
de mi tiempo libre. Han encaminado mis pensamientos a lo que los demás pudieran
decir o pensar de mí. Si te ha pasado como a mí, me pongo a pensar que
lamentablemente pasamos nuestros días preocupándonos más sobre la apreciación
que tienen los demás acerca de nosotros (y tontamente le damos importancia a
ello) en lugar de aceptarnos y valorarnos tal como somos.
Nos
volvimos expertos en el uso de filtros en nuestras fotografías. Bajamos
aplicaciones en donde usamos herramientas para hacer cambios en nuestra imagen.
Nos enfocamos más en obtener “likes” de los seguidores de nuestras cuentas. Nos
olviamos de obtener el mejor “like” de todos, el de nosotros mismos.
Somos
capaces de tanto, por un “like”
Estadísticamente
ha habido una gran revolución. En años posteriores no se había visto nada
parecido respecto a la valoración que le damos a nuestra apariencia. Somos
capaces de mucho para lograr obtener la aceptación de los demás.
Según
Setca Barcelona, en el 2012 Instagram betó hashtags ligados a trastornos
alimenticios como #probulimia, #proanorexia, #loseweight, #thinspo,
#thinspiration, etiquetas que dejaron de ser aptas y quien las usaba no obtenía
otros resultados.
Lamentablemente,
se han creado nuevas etiquetas “ana” y “mia”: Ana es anorexia y mia bulimia,
términos que se combinan para etiquetar y llegar a más enfermas “anaymia”.
Además del ya conocido lenguaje propio de estas pacientes: purge (purga,
vomitar), ED (eating disorder, desorden alimenticio) o edwarriors (soldados o
luchadores de los ED).
Un
mundo de miedo
Un
reciente informe de la Agencia de Calidad de Internet (IQUA) para la Fundación
Imagen y Autoestima nos desvela cifras son abrumadoras:
- cerca de dos
millones de publicaciones etiquetadas con el hashtag #ED, dos millones y
medio con #anorexia y casi cuatro millones detrás de #ana y #mia.
- fotografías de
cuerpos esqueléticos, trucos para adelgazar, consejos para ocultar la
enfermedad a los padres…
Nosotros
mismos nos provocamos estrés…
Le
hemos otorgado una sobrevaloración a la delgadez o a la musculatura intentando
asemejar estos estándares con la belleza, con la inteligencia, con el éxito.
Terminando por ejercer una fuerte presión y estrés sobre nosotros,
provocándonos desórdenes alimenticios y volviéndonos susceptibles a sentir
tristeza o incluso caer en depresión.
Somos
únicos e irrepetibles
Cada
quien somos diferentes, ningún metabolismo es exactamente igual a otro por la
individualidad bioquímica. Es decir, la química de los organismos y de los
cambios químicos, moleculares y físicos que ocurren en el cuerpo humano.
Nuestro organismo está determinado por la genética, por los alimentos que
consumimos, por la activación física que realicemos, por el proceso de
digestión y por las diferencias en el sistema nervioso de cada uno. Con esto
quiero invitarte a aceptar la diversidad de nuestros cuerpos, a aceptar que
somos distintos, que tienes un valor incomparable y ÚNICO por el simple hecho
de ser tú, de ser tal como eres, de ser hijo de Dios.
Obtén
tu propio “like”
Por
supuesto, si no estás conforme con tu físico, si has subido de peso y no te
agrada en su totalidad la persona que ves en el espejo, estás a tiempo de hacer
cambios en tu vida para lograr tu objetivo de sentirte mejor contigo mismo.
Vivir una vida más sana en donde incluyas más ejercicio (al menos una caminata
de 20 minutos diarios) y consumir alimentos saludables. Pero lo más importante
de todo es que lo hagas POR TI MISMO, por obtener tu propio ‘like’ dejando
atrás el preocuparte por lo que otros pudieran decir o pensar de ti.
Vamos
a reflexionar juntos
Entonces
te pregunto:
-¿Realmente valdrá la pena el desgastarnos y fingir tanto solo por querer
adquirir “likes” innecesarios?
-¿Cuántas veces al día te has recordado el gran valor que tienes como persona para
esta sociedad y para los ojos de Dios?
0 Comentarios